El 9 de abril de 2025 se llevó a cabo en la Universidad Libre, sede el Bosque Popular, la Jornada Académica y Artística “Conmemorando el derecho a la palabra”, un evento organizado por los estudiantes de noveno semestre de la Facultad de Derecho con el acompañamiento de la profesora Diana Alexandra González y la participacion del Semillero de Investigación Filantropía Unilibrista.
Esta jornada, pensada como un espacio de memoria, diálogo y resistencia simbólica, coincidió con una fecha de profunda carga histórica para el país: se conmemoraron 77 años del magnicidio del líder político Jorge Eliécer Gaitán, ocurrido el 9 de abril de 1948. Un hecho que marcó no solo el comienzo de una de las etapas más violentas de la historia nacional —el Bogotazo y la posterior época de La Violencia— sino que también significó la interrupción brutal de un proyecto político basado en la justicia social, la reivindicación popular y la defensa de los derechos de las mayorías excluidas.
Recordar a Gaitán en el marco de esta jornada no es un ejercicio meramente simbólico, es un acto político en el mejor sentido de la palabra: la reafirmación del compromiso ético que tiene la educación con la verdad, la memoria y la transformación de la sociedad. Como lo expresó el padre Francisco de Roux, citado al inicio del evento, “si hiciéramos un minuto de silencio por cada una de las víctimas del conflicto armado, el país tendría que estar en silencio durante 17 años”. Esta afirmación fue el punto de partida para una jornada que buscó no solo narrar el conflicto, sino dignificar a quienes han vivido sus consecuencias más devastadoras.
Las actividades se desarrollaron de forma simultánea en tres espacios de la universidad, cada uno con un enfoque particular que, en conjunto, tejieron una experiencia interdisciplinaria, humana y profundamente pedagógica. En el Auditorio del bloque D se realizó la apertura oficial con palabras del estudiante Nicolás Castro Cortés, quien resaltó el papel del estudiantado en la construcción de memoria y la importancia de estos espacios dentro de una universidad crítica y comprometida.
Posteriormente, la profesora Diana González ofreció la conferencia “Conmemorando el derecho a la palabra: Un escenario de encuentro y reconocimiento desde las aulas”, reflexionando sobre el papel de la academia como mediadora entre la verdad histórica y la conciencia ciudadana. Siguió el primer foro del día, titulado “Heridas invisibles: víctimas del conflicto, entre el abandono y la resistencia”, liderado por el docente Luis Fajardo y los estudiantes Johan Lizarazo, Sofía Castro, Germán Huertas y Valentina Prieto, quienes abordaron los silencios institucionales que han acompañado el dolor de las víctimas.
Una segunda conferencia, a cargo de la educadora y bibliotecaria María Fernanda Silva, se tituló “La incidencia del conflicto armado en las vidas humanas y no humanas: archivos y bibliotecas”, poniendo sobre la mesa la necesidad de ampliar las nociones de memoria más allá de lo humano, incluyendo el territorio, los archivos y las formas narrativas del dolor y la esperanza.
En una tercera fase del evento, se llevó a cabo el foro “Un diálogo acerca del reclutamiento forzoso en el marco del conflicto armado colombiano”, moderado por los estudiantes Louana Moreno, Julián Semanate, Johan Sarmiento y Juan Sebastián Rodríguez Casas, junto a la profesora Diana González, en el cual se visibilizaron las múltiples violencias que enfrentan niñas, niños y adolescentes en contextos de guerra. Cerrando el bloque del Auditorio, el señor Martín Eduardo Sarmiento, representante de víctimas, compartió un testimonio conmovedor que permitió escuchar la guerra desde la voz de quienes la han vivido en carne propia.
Mientras tanto, en el Salón de Posgrados, las estudiantes Lina Buitrago, Victoria Murillo y Laura Rincón desarrollaron la actividad “Fragmentos de Vida”, una experiencia sensorial a partir de fotografías y relatos de víctimas, que propuso una inmersión íntima en los efectos emocionales y existenciales del conflicto. En las carpas del sector central del campus se llevó a cabo la intervención artística “Re-construyendo memoria a través del arte”, en la que más de diez estudiantes participaron activamente, dando vida a un espacio de creación colectiva con pintura, poesía, escritura y performance, acercando el arte al territorio universitario como lenguaje de resistencia.
La jornada finalizó con un acto que exaltó la creatividad y la sensibilidad narrativa del estudiantado: la premiación del concurso literario “Un cuento corto para la memoria”, liderado por los estudiantes Julián Semanate y Louana Moreno. Esta iniciativa invitó a escribir relatos de hasta 100 palabras como un acto simbólico de memoria y justicia, bajo el lema: “Un cuento para la memoria”. A través de esta convocatoria, se reconocieron las narrativas estudiantiles como un vehículo legítimo y necesario para contar el conflicto desde otras voces, demostrando que la literatura, incluso en su forma más breve, puede interpelar, sanar y construir conciencia.
El concurso otorgó premios de 100.000 COP, 70.000 COP y 30.000 COP, canjeables en la Librería Jurídica Afrodita, incentivando no solo la participación, sino también el acceso a herramientas académicas. Finalmente, el cierre simbólico estuvo a cargo del estudiante Edwin Díaz, con la actividad “Un encuentro con la naturaleza”, que propuso reconectar el ejercicio de memoria con lo vital, lo orgánico y lo sanador, recordándonos que también desde lo natural se puede sembrar un nuevo relato de país.
Este compromiso con la memoria histórica es, a su vez, un llamado a la reflexión sobre el Estado Social de Derecho que nuestra Constitución ha consagrado. El derecho a la paz, reconocido no solo como un derecho fundamental, sino también como un deber, es un principio vital que debemos recordar constantemente, sobre todo en un país que ha sido marcado por la violencia y la desigualdad. La Constitución de 1991 nos invita a construir una sociedad basada en la justicia, la equidad y el respeto por los derechos humanos, y en este proceso, la paz es tanto el fin como el camino.
Recordar el 9 de abril y lo que significó para nuestra historia no es solo un ejercicio de remembranza, sino una responsabilidad ética y colectiva. Es nuestra tarea, como estudiantes, como ciudadanos, hacer que la paz no sea un concepto lejano, sino una vivencia diaria, reflejada en cada uno de nuestros actos y decisiones. La Constitución nos llama a trabajar por un país donde los derechos sean respetados, donde la dignidad humana sea la base de todas nuestras instituciones y donde la violencia no tenga cabida. Así, recordamos a Gaitán y a tantos otros, no solo conmemorando su memoria, sino también construyendo un futuro en el que la historia no se repita, sino que se transforme, se eleve y se renueve.
“Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvarlo. ¡Nadie!” o “Yo propongo que, entre todos, echemos de pa’ atrás y busquemos las razones de por qué el país está como está”,
- Jaime Garzón